Un estudio de
gran alcance señala que adultos mayores necesitan mucha actividad física
Alcanzar una edad avanzada no es razón para dejar de realizar ejercicios
físicos. (Foto: AP)
El ejercicio a cualquier edad es bueno para la
salud. Sin embargo, una reciente investigación –la más grande y de más larga
duración hasta la fecha- muestra evidencia científica de los beneficios
especialmente en los adultos mayores.
“Por primera vez, hemos demostrado directamente
que el ejercicio puede disminuir efectivamente o prevenir el desarrollo de la
discapacidad física en una población de personas de edad avanzada
extremadamente vulnerables”, dijo a “The New York Times”, el doctor Marco
Pahor, director del Instituto de Envejecimiento de la Universidad de Florida en
Gainesville y autor principal del estudio.
El estudio, publicado en “JAMA”, refuerza
la necesidad de la actividad física frecuente.
DETALLE DEL ESTUDIO
Los investigadores reclutaron voluntarios desde el
2010, utilizando un conjunto inusual de criterios de selección. A
diferencia de otros estudios, el análisis usó voluntarios sedentarios, enfermos
y con condiciones de fragilidad.
Fueron un total a 1.635 hombres y mujeres
sedentarias de entre 70 y 89 años que obtuvieron una calificación
inferior a nueve en una escala de 12 puntos de funcionamiento físico (criterio
de evaluación para las personas mayores). Casi la mitad obtuvo ocho puntos o
menos, pero todos eran capaces de caminar por su cuenta durante 400 metros.
Luego, hombres y mujeres fueron asignados al azar a
realizar un ejercicio o a un grupo de entrenamiento.
Los que fueron asignados al entrenamiento tuvieron
que visitar el centro de investigación una vez al mes para charlas sobre
nutrición, salud y otros temas relacionados con el envejecimiento.
Quienes debían ejercitarse iniciaron un programa de caminatas ligeras, recorriendo cada vez trayectos
mayores. Este ejercicio era complementado con rutinas caseras que, en total,
sumaban 150 minutos de caminatas y tres sesiones de 10 minutos de
entrenamiento con pesas a la semana.
Todos los voluntarios fueron supervisados cada seis
meses por los investigadores. El objetivo era comprobar si eran capaces de
seguir caminando 400 metros por sus propios medios. El experimento duró 2,6
años, convirtiéndose así en el más largo en comparación con otros estudios
sobre ejercicio físico.
RESULTADOS
Los investigadores descubrieron que los voluntarios que se sometieron a los ejercicios tuvieron un 18% menos de
posibilidades de experimentar algún episodio de incapacidad física. Además,
tuvieron 28% menos probabilidades de convertir en persistente una
discapacidad permanente, definida como la incapacidad de caminar los 400 metros por sí mismos.
diario el comercio : Lima- PERÚ.
Miércoles 28 de mayo del 2014
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