Por: Ms.
Rosario Santillán Salazar.
Las personas adultas mayores tienen necesidades sexuales
como en cualquier otra época de la vida y es bueno estimular este aspecto de la
personalidad y de la relación de pareja. Esta etapa no es, ni debe ser,
asexuada sin embargo existen muchos prejuicios que pretenden castigar al adulto
mayor. Los familiares y acompañantes de personas mayores deben conocer que para
ellos, como para cualquier persona de otra edad, las relaciones sexuales pueden
ser estimulantes y les suelen ayudar a mantenerse interesados y vitales.
Con la edad por lo general, disminuye el apetito
biológico sexual, pero no ocurre lo mismo con la atracción sexual, las necesidades
afectivas, ni con el sentido de la comunicación genital, todo lo cual surge muy
presente y en ocasiones incluso aumentado hasta el final de la vida. Por eso
los contactos sexuales se modifican cualitativamente, con la edad el coito deja
de ser el objeto y fin de la aproximación y se realzan otros aspectos como lo
sensual, lo erótico, lo afectivo u otras actividades genitales (caricias,
masturbaciones, etc), buscando más la comunicación humana y el consuelo gozoso
que el desahogo instintivo.
Algunos cambios como en el caso del hombre, la erección
se produce de manera más lenta y con menor intensidad, las contracciones
eyaculatorias son más tenues y por consiguiente la eyaculación más floja y
escasa, el orgasmo se retrasa, esto puede mejorar cuanto más se practica la
actividad sexual, si se pierde el miedo al fracaso y si el hombre no se obsesiona
con la búsqueda del coito como única actividad sexual.
En la mujer también disminuye la velocidad de respuesta orgásmica,
así como su intensidad y duración, se produce menos flujo y lubricación
vulvo-vaginal, la reacción clitoridea es menos eficaz y la atrofia de la mucosa
y el estrechamiento vaginal no siempre conducen a dolores durante el coito;
éstas respuestas pueden mejorar si existen estímulos sexuales adecuados, en
algunos casos es necesario la consulta médica para seguir un tratamiento
hormonal.
En cualquiera de los casos, estos cambios fisiológicos
por lo general conducen a una mayor lentitud en la respuesta y a algunas
modificaciones en la ejecución de la relación coital, no tiene por qué ser
identificados como sinónimo de “pérdida”. Sin embargo se realzan otros
componentes del encuentro, tales como la ternura, la delicadeza, la entrega, la
precisión y otros más, llegando a resultados altamente satisfactorios y
gratificantes.
Debemos de recordar que la falta de ejercicio sexual durante un
tiempo prolongado a partir de los 55 años puede crear una incapacidad sexual
que luego resulta difícil de reactivar.
Artículo
publicado en el Vespertino “Satélite”, el día miércoles 10 de noviembre del
2014. (Trujillo – Perú)
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