La memoria es una de las funciones más importantes
del cerebro humano. Sin esta no se podría razonar, comunicarse o hacer planes
para el futuro. Sin embargo, a pesar de su importancia como función mental,
probablemente usted sólo se acuerda de la memoria cuando le ha fallado o actúa
de modo inexplicable. La memoria se construye en los primeros años de vida,
luego se desarrolla más lentamente, cambia continuamente y, finalmente se
debilita bajo el impacto de los diversos ataques a los que está sujeto el
cerebro. Las “fallas” de la memoria que ocurren en el envejecimiento
generalmente no afectan el desenvolvimiento en las actividades cotidianas.
¿QUÉ
ES LA MEMORIA?
La memoria es la
capacidad de retener y recordar. Es decir, retener lo que sucede en el presente
y lo que le interesa. Recordar se refiere a traer al presente lo que se ya se
conoce. Cuando la memoria se afecta podemos olvidar por desuso, interferencia,
represión o por enfermedades. Existen distintos tipos de memoria, como la
memoria a corto y largo plazo. En nuestra vida diaria recibimos una enorme
cantidad de información y nuestro cerebro tiene la tarea de retenerlo o no. Para
poder recordar es necesario que se almacene y pase por un proceso de filtrado a
través de etapas o fases de la memoria.
La primera fase es el registro, es decir son nuestros sentidos los que captan toda la
información y las retiene solo un instante, es decir si podemos toda nuestra
atención fijaremos mejor la información. Después, del registro la información
pasa al almacenamiento o retención
en el cerebro, en forma de números, letras, palabras, imágenes, actitudes,
etc., cuando más nos interese la información más fácil será recuperarla. La
tercera fase está relacionada con la recuperación
o recuerdo de la información.
Es importante que así como hablamos de memoria,
también nos debemos referir a los olvidos. Olvidar no es malo, es necesario y
beneficioso, imagínense que recordáramos cada minuto y cada detalle de nuestra
existencia, no podríamos soportarlo, sería más difícil recordarlo todo. Lo que
debe preocuparnos es olvidar cosas importantes y que son indispensables para
nuestro quehacer diario, como el lugar donde vivimos, los nombres de nuestros
hijos, nuestro nombre, etc. Reprocharnos por tener olvidos solo genera más
ansiedad que a su vez interfiere en el proceso de memorización.
Puesto que
todo proceso de memorización se inicia en los sentidos, cualquier pérdida sensorial es decir problemas con la vista, oído, puede
interferir en nuestra memoria, por lo que es importante controles médicos.
Juega un papel importante la atención que pongamos a nuestras actividades, una
falta de interés o una baja atención dificultan la retención, también si
estamos tratando de hacer varias cosas a la vez o estamos pensando en otras
cosas, probablemente estemos perdiendo atención a otras, lo que debe hacer es
tranquilizarse y centrarse en una sola cosa, tratando de poner toda su
atención.
Existen factores que pueden debilitar nuestra memoria,
como: enfermedades cerebrales que causan fallas de memoria, son más frecuentes
en los adultos mayores, entre estas enfermedades tenemos la enfermedad de
Alzheimer, lesiones vasculares o de la circulación, efectos de algunos fármacos
o drogas y los trastornos emocionales. También acontecimientos vitales
estresantes como la pérdida del cónyuge, depresión, soledad.
Art. Publicado en el Vespertino "Satélite" el 25 de Setbre. 2013 (Trujillo-Peru)