Durante el envejecimiento los comportamientos y conductas relacionadas con el aspecto social cambian, dependiendo del tipo de actividad que se encuentre desempeñando el adulto mayor así como del rol o estatus dentro del trabajo, la familia y sociedad. Antiguamente y hoy en algunas culturas los mayores eran y son considerados personas sabias, consejeros, son los más valorados, sin embargo en nuestra cultura occidental la posición del adulto mayor a medida que envejece se ve relegado sin importar cuanto vale, cuando sabe y cuanto puede dar, ya que estamos regidos por leyes que norman lo contrario, tampoco importa si ese adulto está padeciendo alguna enfermedad o ya se encuentra cansado por todo el tiempo trabajado.
Estudiosos explican que la disminución de las actividades en esta edad reducen paulatinamente las relaciones sociales de los adultos mayores debido a la desvinculación con su entorno, al cambio de rol, tanto en el ámbito individual como en la sociedad con la consiguiente dificultad para adaptarse o aceptar dichos cambios. La jubilación es a lo que el adulto mayor tiene que enfrentarse, sin importar su capacidad o experiencia adquirida a lo largo del tiempo, tampoco importa sus deseos de seguir aprendiendo y trasmitiendo sus conocimiento a los más jóvenes por lo que esta etapa es percibida muchas veces por el adulto mayor como un “apartarlo por no ser útil”, se siente relegado por la sociedad pasando a un segundo plano, es un cambio muy importante, ya que supone pérdida de su identidad profesional, estatus social, relación con sus compañeros de trabajo y el cambio en su rutina de trabajo cotidiano, si éste cambio se da a pedido de la persona la repercusión es menor, pero si es por cumplimiento de normas o leyes, puede tener gran impacto en la vida del adulto mayor si no ha previsto anteriormente o no ha planificado llegado este momento. Afecta también al estado económico de la familia porque sabemos que los ingresos no son los mismos cuando la persona se jubila. Sin embargo la jubilación puede convertirse en muchos casos en el inicio de otra etapa, donde no habrán horarios de trabajo, sino que tendrá mayor tiempo para dedicárselo a la familia o a actividades que le son de su agrado, tiempo para estar con la pareja, realizar viajes o aprender algo que siempre quiso hacerlo.
También es una etapa de cambio de roles dentro del grupo familiar, se estrena como abuelo porque suelen aparecer los nietos, convirtiéndose para el niño en una persona muy querida e importante cercana a su entorno pasando a formar parte más tarde de sus recuerdos imperecederos. Si antes se preocupaba por que no le falte nada a sus hijos ahora extrema sus cuidados a sus nietos. Asimismo tiene que enfrentar una serie de pérdidas, además del trabajo, pérdidas de amigos, compañeros de estudios y pérdida de la pareja, enfrentar su nuevo rol de viudo o viuda, sabemos que existen más viudas que viudos, atravesar esta etapa significa desesperación, llanto, recuperación y enfrentar la soledad, estudios demuestran que son las mujeres las que se adaptan mucho mejor que los hombres siendo la familia el apoyo más importante en este proceso, después de los amigos y vecinos.
La familia debe recibir el conocimiento necesario para responsabilizarse plenamente del compromiso que supone comprender sus nuevos roles, acoger y compartir su vida con una persona adulta mayor. Valorar cuanto puede brindar esa persona al grupo familiar de positivo y creativo teniendo en cuenta que se trata de un ser humano querido, lleno de experiencia y vivencias que contribuirían a mejorar la vida de todos los miembros de la familia.
“Mas Salud, Mejor Vida”
María Santillán Salazar.
Publicado en el Vespertino "Satélite"(Trujillo-Peru) 24-Abril-2013