Artículo 2.
Referirse al envejecimiento; es hablar de un proceso heterogéneo, permanente de cambio. Se inicia con el nacimiento y continua a lo largo de la vida; siendo la etapa del adulto mayor, la parte final de este proceso, en el que se concibe como la interacción entre el individuo que envejece y una realidad contextual en permanente cambio.
El envejecimiento siempre ha existido; sin embargo, el porcentaje de personas que llegaban a adultos mayores era poco considerable. En los últimos decenios éste fenómeno demográfico se ha invertido en número y proporción. El envejecimiento puede considerarse desde el punto de vista cronológico, biológico, psicológico, social, fenomenológico y funcional. El estado funcional es probablemente el reflejo más fiel de la integridad del individuo a lo largo del proceso de envejecimiento.
El ciclo vital del ser humano está caracterizado por el continuo crecimiento y desarrollo del organismo, desde el momento mismo del nacimiento el ser humano pasa una serie de etapas, desde ser lactante hasta la etapa de la adultez, donde se diferencian la del adulto joven, maduro y mayor; ésta etapa se inicia a partir de los 60 años si nos referimos a la edad cronológica. Cada etapa implica una serie de cambios tanto físicos, sicológicos y sociales de la persona, se acompañan además de una crisis de desarrollo que de ser exitosa posibilita nuevo desarrollo y crecimiento; o negativa, que conllevan a un estancamiento y/o enfermedades físicas o psicológicas, en la medida que el ser humano sepa o no, enfrentarse y adaptarse a la crisis.
Cuando nos referimos a la edad cronológica, tenemos en cuenta los años que la persona va acumulando a través del tiempo; la edad fisiológica, está referida a la capacidad de adaptación del organismo a los diferentes cambios de acuerdo a cada etapa, así tenemos que personas de 40-50 años por su capacidad funcional podríamos decir que tienen 70 u 80 años, sucede lo contrario en personas que funcionalmente están bien y aparentan menor edad. La edad social, está relacionada con el rol que desempeña el adulto mayor dentro de su trabajo, familia y sociedad.
Es decir el proceso de envejecimiento se inicia desde el momento mismo del nacimiento, constituyendo un fenómeno universal que afecta a todos los seres vivos, es progresivo porque es un proceso acumulativo, tiene un inicio y un final por lo que es continuo, así mismo es irreversible porque no puede detenerse ni revertirse, además es individual ya que cada persona vive su propio envejecer, además de ser intrínseco, porque ocurre en el individuo, a pesar de que está influido por factores ambientales.
El envejecer no significa necesariamente que la persona se deslice inevitablemente hacia la invalidez, soledad y a un deterioro físico y mental, la persona puede continuar siendo productiva y teniendo un papel activo dentro de la sociedad si ésta lo permite, siempre teniendo en cuenta sus capacidades y habilidades adquiridas durante los años vividos.
“Más Salud, Mejor Vida”
María Santillán Salazar.
Publicado en el Vespertino "Satélite"(Trujillo-Perú) el 20/Marzo/2013.
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