Para
desempeñarnos bien en nuestros trabajos necesitamos 2 cosas básicas: salud
física y salud espiritual-mental. Sin ambas cosas no podremos realizar nada
bien. Por ello siempre recomendamos a nuestros amigos emprendedores a llevar
una buena alimentación y hacer un poco de ejercicio cada día para la salud. Y
ahora, como cada lunes, nos toca darles una reflexión para mejorar la salud del
espíritu y la mente. Aquí les traigo una historia llamada “El cargador de
piedras”. Espero que les guste y obtengan una linda enseñanza de vida.
Un día el
maestro Hu-Ssong contó esta historia a sus discípulos: “Un hombre iba por un
camino cuando de pronto tropezó con una piedra. Él la recogió y guardó en su
bolso. Unos metros más adelante tropezó con otra y también la llevó consigo.
Todas las piedras con las que iba tropezando, las terminaba cargando hasta que
el peso de ellas lo venció. ¿Qué piensan de este hombre?” Uno de los discípulos
respondió: “Es un necio. ¿Para qué cargaba cada piedra con la que tropezaba?”
El maestro respondió: “Igual hace el hombre que recibe ofensas de otros, que
pasa por situaciones difíciles y no logra sobreponerse, guardando la amargura
dentro de sí. Todas esas experiencias las debe dejar atrás, y no cargar con
aquellas piedras pesadas del rencor, contra los demás o contra él mismo. Sin
esa carga inútil el camino será más ligero y caminará seguro”.
La reflexión
¿Cuántas veces
acumulamos pesos en nuestras espaldas? ¿Los soltamos en algún momento o
seguimos arrastrándolos a lo largo de nuestras vidas? Errores cometidos en el
pasado, discusiones y malestares momentáneos con la familia, los amigos, los
compañeros de trabajo, maltratos recibidos; todas esas situaciones son como
aquellas piedras que vamos guardando-cargando de manera consciente o inconsciente
en nuestro espíritu y no nos dejan en paz. Los seres humanos tenemos una
tendencia a guardar estas situaciones y emociones en nuestro interior y de vez
en cuando vuelven a salir a flote causándonos malestar. Debemos ser más
inteligentes para dejarlas pasar. ¿Errores cometidos ayer? Tómalos como
aprendizajes para el HOY. ¿Disputas ayer? Llama a esa persona y resuelve o
simplemente deja ir ese sentimiento negativo. ¿Maltratos ayer? Recuérdalos por
última vez y déjalos ir. Esos maltratos son lecciones que han hecho que seas
hoy más fuerte.
Haz una lista de
todas tus “piedras” (tormentos) y ve resolviendo cada una. En tí están
todas las posibilidades, no dejes que el pasado te atormente, deja ir todo el
rencor y abre tu espíritu a todo lo positivo. ¡Tú puedes!
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